Hemos
reseñado este libro cuando apareció su primera edición
(número de octubre de 1937); en esta época, el autor, como
lo indica por otra parte en el prólogo a la nueva edición,
no conocía casi nada de las nociones tradicionales sobre los ciclos,
y tanto es así que fue en suma por un feliz hallazgo que llegó
a encontrar algunas de ellas partiendo de un punto de vista totalmente
"empírico", especialmente a suponer la importancia de la precesión
de los equinoccios. Las pocas observaciones que hicimos entonces tuvieron
como consecuencia orientarlo a estudios más profundos, de lo que
ciertamente no podemos sino felicitarnos, y debemos expresarle nuestro
agradecimiento por lo que ha tenido a bien decir a este respecto en lo
que a nosotros atañe. Ha modificado pues y completado su obra en
numerosos puntos, añadiendo algunos capítulos o apartados
nuevos -uno de ellos sobre la reseña histórica de la cuestión
de los ciclos-, corrigiendo diversas inexactitudes, y suprimiendo las consideraciones
dudosas que al comienzo había aceptado dando crédito a escritores
ocultistas, falto de poder compararlas con datos más auténticos.
Solamente lamentamos que haya olvidado reemplazar las cifras de 539 y 1078
años por los números exactos 540 y 1080, cosa que no obstante
parecía anunciar el prólogo, y especialmente cuando, por
el contrario, ha rectificado perfectamente el de 2156 por el de 2160 años,
lo cual introduce un cierto desacuerdo aparente entre los capítulos
que se refieren respectivamente a estos diversos ciclos múltiplos
uno del otro. Es un poco fastidioso también que haya conservado
las expresiones "año cósmico" y "estación cósmica"
para designar períodos de una duración excesivamente limitada
como para que se les puedan aplicar verdaderamente (precisamente los de
2160 y 540 años), y que más bien serían únicamente,
si se quiere, "meses" y "semanas", especialmente cuando a fin de cuentas
el nombre "mes" convendría bastante bien al recorrido de un signo
zodiacal en el movimiento de precesión de los equinoccios, y cuando
el número 540 (= 77 x 7 + 1) tiene -al igual que el de la séptuple
"semana de años" jubilar (50 = 7 x 7 + 1), del que es de alguna
manera una "extensión"- una relación particular con el septenario.
Por lo demás, son éstas prácticamente las únicas
críticas de detalle que hemos de formular en esta ocasión,
y el libro, en su conjunto, es muy digno de interés y se distingue
con ventaja de algunas otras obras en las que, con respecto a las teorías
cíclicas, se ostentan pretensiones mucho más ambiciosas y
sin duda muy poco justificadas; el autor se limita naturalmente a la consideración
de lo que puede llamarse los "pequeños ciclos" históricos,
y eso únicamente en el marco de las civilizaciones occidentales
y mediterráneas, pero sabemos que el Sr. Georgel prepara actualmente,
en el mismo orden de ideas, otros trabajos de carácter más
general, y esperamos que muy pronto pueda llevarlos igualmente a buen fin.
Traducción: J. M. R.
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NOTAS | |
* | Publicado originalmente en la revista Etudes Traditionnelles, diciembre 1936. |
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